31 de agosto de 2017

El adoctrinado

"Yegua hija de...", así era definida Cristina Fernández de Kirchner por uno de mis profesores cada vez que tenía un mal día, pero eso no es adoctrinamiento. Ahora nos quieren adoctrinar de verdad con la desaparición de un joven a manos de Gendarmería Nacional.


Por Daniel Péndola | "No hay pruebas suficientes", describe la tapa de Clarín en referencia al rol de los gendarmes durante la represión contra la etnia mapuche (o desalojo, como a ellos les gusta llamarlo). Y el profe seguro que compró, como cuando le plantearon que Roberto Baradel ponía palos en la rueda.

Baradel no es santo de mi devoción. La escuela pública se encuentra con un nivel cuestionable y, siendo el titular de Suteba desde 2004, es uno de los mayores responsables de su deterioro. No obstante, es innegable que la labor que cumplió este año fue defender el salario de los maestros, el cual perdió un 10% contra la inflación del 2016.

Como consecuencia, sufrió ataques de todo tipo y operaciones mediáticas que lo vinculaban con el kirchnerismo. Y si hablamos de kirchnerismo, gran parte de los docentes salen espantados, porque la política es una mala palabra: un monstruo que no pueden encarar, ya sea por desconocimiento o por "no querer meterse".

Por eso se rehúsan a tratar la desaparición de Santiago. Ellos cumplen, porque así actúa la hegemonía, ejerciendo su poder a través de las instituciones para imponer el discurso de las clases dominantes y obtener de esta manera el consentimiento de los oprimidos.

Entonces, ¿quién es el adoctrinado? Afortunadamente, aún existen profesores comprometidos que, sin ser partidarios, están dispuestos a abrir el debate político, lo cual es fundamental para la construcción de “un nuevo sentido común” que impulse “una nueva filosofía enraizada en la conciencia popular”, tal y como propone Gramsci.

27 de agosto de 2017

Sojuzgados y sometidos desde hace 500 años

La comunidad mapuche recibió duras críticas en los últimos tiempos por parte de la prensa, quien la calificó como terrorista y acusó de recibir financiamiento externo. Sin embargo, no es la primera vez que sufren ataques de esta envergadura.


Desde hace algunas semanas, los mapuches reclaman por la liberación de su líder Facundo Jones Huala, quien decidió recientemente levantar la huelga de hambre que mantuvo durante 18 días en la Unidad 14 de Chubut, donde se encuentra detenido.

En ese marco, el programa Periodismo Para Todos realizó un informe sobre la organización Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) a la cual calificó como “guerrilla terrorista”, debido a que su objetivo sería independizarse del Estado argentino. No obstante, la acusación es inválida, ya que no existen documentos que promuevan esta idea.

Además, Jones Huala salió a desmentir su vínculo con Reynaldo Mariqueo, secretario general de la organización Mapuche Nation, fundada en 1978, con base en Bristol. “Nuestro sustento es el esfuerzo propio, es la Autogestión e incluso el trabajo asalariado destinado en la Militancia”, expresó en un comunicado.

Y no solo los medios levantaron el dedo acusador: el ministro de Gobierno de Chubut, Pablo Durán, tildó a la etnia de “terroristas” por supuestos ataques contra residentes de la zona y lamentó el respaldo de legisladores del PJ por solidarizarse con "delincuentes".

Por otro lado, no es la primera vez que los mapuches enfrentan una embestida mediática. Por ejemplo, el antropólogo Rodolfo Casamiquela consideró que los mapuches son chilenos, pese a tratarse de pueblos preexistentes que habitaban la cordillera antes de la delimitación entre Argentina y Chile. Dicho fundamento sirvió en varias oportunidades para desalojar y reprimir a las comunidades indígenas.

Los pueblos originarios sufren ataques desde hace más de 500 años. Han soportado exterminios, fueron injustamente esclavizados y hoy en día son juzgados y sometidos a los falsos rumores divulgados por los grandes medios de comunicación para beneficiar a grupos empresariales como Benetton. “Será una lucha prolongada”, advierte Jones Huala.