Boca dejó a River sin oportunidad de nada a partir de la victoria conseguida a través del gol que convirtió Lodeiro luego de una gran jugada de Palacios, pero las declaraciones de Tévez hacen pensar que el buen fútbol no es cosa Xeneize.
El equipo de Arruabarrena superó al millonario por 1 a 0, producto de un magnifico pique de Sebastián Palacios contra nada más ni nada menos que Eder Balanta y un excelente centro hacia Carlos Tevez, quien tuvo la fortuna de que aparezca Nicolas Lodeiro para anotar el punto del triunfo luego de un revote, ya que el Apache no pudo concretar ante Marcelo Barovero.
A pesar de que River insistió y no abandonó la búsqueda del empate, la igualdad nunca se vio porque sus intentos resultaron insuficientes. El partido se caracterizó por un juego brusco, donde Ponzio debió haber sido expulsado, y tan solo un par de cabezazos de Alario presentaron peligro en el área rival.
Es por ello que Boca se quedó con el encuentro gracias a su enganche, quien entró tras la salida del lesionado Fernando Gago. El resultado es una muestra clara de lo que se vivió: ni River ni Boca demostraron sus mejores cualidades, aunque uno de ellos tuvo un golpe de suerte.
Por su parte, Carlos Tévez declaró: “volvimos a la normalidad”, algo que en el mundo Xeneize resulta muy convincente pero que si se observa desde otra perspectiva aparenta ser algo conformista. No pareciera que aspiran a luchar por el campeonato.
¿Por qué conformista? Porque viene de parte de un jugador de alta talla, que es una figura indiscutida del plantel de la Selección Argentina y porque volvió de Europa luego de transitar por grandes planteles.
Sostener que volver a la normalidad es ganar sin demostrar buen juego y convirtiendo un tanto a través de un revote deja mucho que desear, y más si lo resalta un exponente como Tévez, ya que es un exponente con virtudes extraordinarias.
Obviamente se reconoce la victoria de Boca Juniors. Ganaron bien y de manera más que válida, algo que a muchos -tanto fanáticos de River como de Boca- nos hubiera gustado vivir en la Copa Libertadores antes de la intervención del Panadero con su gas pimienta.
No obstante, los de Arruabarrena consiguieron una doble victoria. Quedaron como únicos punteros del campeonato local y dejaron al plantel del muñeco sin posibilidades. Estaban heridos, venían golpeados, debían levantarse tras su caída contra San Lorenzo y lo hicieron.
Después de perder el Superclásico, al millonario no le han quedado muchas chances de pelear por el torneo local, ya que está a 11 puntos del líder, y ahora está obligado a poner la mira en la Copa Sudamericana, donde debutará la semana entrante, y en el Mundial de Clubes que se realizará en diciembre de este año.
